Significado de la palabra usted

Los significados de las palabras han sido elaborados de acuerdo con los intereses lúdicos de nuestros crucigramas. No tienen un carácter académico estricto.

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¿Qué es usted?

1. pron. person. 3.ª pers. m. Forma que, en nominativo, en vocativo o precedida de preposición, designa a la persona a la que se dirige quien habla o escribe. U. generalmente como tratamiento de | 3. pron. person. 3.ª pers. m. pl. Forma que, en nominativo, en vocativo o precedida de preposición, designa, en Canarias, en parte de Andalucía y en América, a las personas a las que se dirige qu

Tipo: Otra

Etimología

Proviene del latín "vōs", que se utilizaba para dirigirse a alguien de manera respetuosa o formal. El término "vōs" a su vez proviene del latín "vō" (tú), que se utilizaba para dirigirse a una persona de manera informal o familiar. Con el tiempo, el término "vōs" evolucionó en español hacia "usted", que se utiliza para dirigirse a alguien de manera respetuosa o formal. En algunos contextos, como en la forma de addresso "usted", se utiliza para mostrar respeto o consideración hacia alguien, especialmente en situaciones formales o profesionales. En resumen, la palabra "usted" tiene sus raíces en el latín "vōs", que se utilizaba para dirigirse a alguien de manera respetuosa o formal en la antigua Roma.

Libros donde se menciona la palabra usted

Cuentos de inquietud

Joseph Conrad

llos? Makola permanecía impasible y callado. —Voy... voy... —tartamudeó Kayerts—. ¡Eres un demonio! —vociferó al fin. —Hice lo más conveniente para usted y para la Compa ñía —dijo Makola imperturbable—. ¿A qué gritar tanto? Mire este colmillo. —¡Te echo! Daré parte..., no quiero ver el colmillo. Te pro

De acuerdo Jeeves

P. G. Wodehouse

distracción de las salamandras. —¿Cómo, señor? —Salamandras, Jeeves. Míster Fink-Nottle tiene una gran colección de salamandras. Debe de haber oído usted hablar de las salamandras, una especie de lagartijas que chapotean en los estanques. —¡Oh, sí, señor! Los miembros acuáticos de la familia de los sal

El escándalo

Pedro Antonio de Alarcón

día haber echado por otras calles, supuesto que no va al Prado como todo el mundo! —replicó la primera, llena de envidia. —¡Eh, señor lechuguino, vea usted por dónde anda! —gritó un manolo, mirando con aire de desafío al llamado Fabián. Éste se mordió los labios, pero no se dio por entendido, y siguió av