Significado de la palabra balancear

Los significados de las palabras han sido elaborados de acuerdo con los intereses lúdicos de nuestros crucigramas. No tienen un carácter académico estricto.

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¿Qué es balancear?

Hacer que alguien o algo se mueva en vaivén. | Equilibrar o contrapesar. U. m. en Am.

Tipo: Infinitivo

Etimología

Proviene del latín "balleare", que significa "baldear" o "balancear". Esto tiene relación con el verbo que originalmente significaba "hacer balancear una balanza". En Romance, el latín "balleare" se evolucionó a "balancear" en castellano, "balance" en francés, "baratinare" en italiano, "balansir" en holandés, y "balancare" en portugués. Todas estas palabras comparten el mismo significado de "contrapesar" o "tarificar". En el campo de la física, el término "balancear" se refiere a medidas para distribuir equilibradamente cargas o fenómenos para evitar su caída o movimiento descontrolado. Por otro lado, en el contexto social o psicológico, "balancear" se refiere a encontrar un equilibrio entre diferentes aspectos o fuerzas para lograr estabilidad y armonía. En resumen, la etimología de la palabra "balancear" se remonta al concepto de contrapesar y equilibrar, y se ha mantenido en diferentes lenguas y contextos.

Libros donde se menciona la palabra balancear

Cuentos completos

Edgar Allan Poe

e realmente había allí un tesoro escondido, todos nuestros esfuerzos habrían terminado en la nada. —Pero su grandilocuencia, Legrand, y esa manera de balancear el escarabajo… ¡cuán extraño era todo eso! Llegué a convencerme de que se había vuelto loco. ¿Y por qué insistió en hacer descender el escarabajo, y n

Conan el Cimmerio 2

Robert E. Howard

ierro chillara y lanzara alaridos de agonía. Entonces retrocedió, se tambaleó y desapareció en el bosque, aplastando arbustos bajo su peso y haciendo balancear los árboles. Aunque Conan lo siguió, impulsado por el odio y la furia, las murallas y las torres de Dagón se alzaron entre los árboles antes de que el

A orillas del Río Rogue

Zane Grey

dieron cuenta de que, en efecto, habían pescado un ejemplar de mucha consideración. De ordinario, un salmón de unas cuarenta libras de peso conseguía balancear ligeramente al pequeño esquife, y aun arrastrarlo durante un corto trecho; aquel ejemplar que habían pescado tiraba de la embarcación con una fuerza i